Crei tener un sitio a tu lado, incluso llegue a creer que ese era mi sitio.
Crei que nada malo podia ocurrirme bajo tus sabanas, que tus brazos podian protegerme cuando en realidad me estaban ahogando poco a poco.
Y cada beso se convirtio en una espina clavada, y los orgasmos en puñaladas.

No hay comentarios:
Publicar un comentario